MI MARAVILLOSO MUNDO DE LA CANASTA
A lo largo de estos años jugando y entrenando al baloncesto he tenido todo tipo de situaciones aprendiendo a quedarme con lo positivo de ellas porque creo que son las que me han hecho crecer como persona. A veces los resultados que esperabas conseguir no se logran haciendo que veas las cosas con negatividad, tienes decepciones personales porque te entregas pensando que no recibes lo mismo a cambio, o te enfrentas a situaciones que por complicadas nunca pensaste que tendrías que asumir.
El baloncesto es solo un juego, pero del que por experiencia de vida intentamos traspasar su excelencia de la mejor forma que somos capaces. Sabemos de sus valores de esfuerzo y exigencia en el desarrollo individual para poner tus cualidades al servicio del grupo e intentamos que jugadores-as lo vivan como nosotros para que después les sirva en la vida real, pero no debemos olvidar que solo el aprendizaje de los años hace que tengas conciencia de lo rápido que pasa el tiempo y de que hay que vivir cada instante al máximo.
Hace unos días mi amigo Salvi me dijo que el Baloncesto es lo más importante de las cosas menos importantes y por supuesto así es. Del baloncesto te quedan los amigos, la familia, los buenos momentos de convivencia y la superación de los malos como aprendizaje de tus capacidades personales, de levantarte siempre que te caes. Al final los trofeos y medallas siempre van a una caja. Las más importantes para los de mi generación siempre vienen ya en forma de problemas de verdad, de perdidas personales muy dolorosas y de la salud de los que más quieres.
Mientras pensaba el domingo como conseguir que los Equipos que tenemos en la Escuela compitan mejor, pero divirtiéndose y priorizando el juego, la mejora personal y colectiva, sobre el resultado, vino a verme Marta Guisado, una de nuestras chicas del año 1997, Carmen Ramos me la trajo al Pabellón. Su visita fue un regalo pues me hizo recordar, aunque procuro no olvidarlo nunca, por qué entreno y he elegido hacerlo para todo el que quiera practicarlo libremente conmigo, sea como sea y juegue como juegue. El Baloncesto es para todos y para todas, no solamente para quien se le da muy bien.
Aquel Equipo Cadete de Marta que empezó a formarse en la pista exterior de cemento del Club Social Ciudad Expo se consolidó deportivamente en el Colegio Aljarafe. Solo Andrea López era de segundo año y el resto de jugadoras eran de primer año e Infantiles. A excepción de Carmen Ramos, que venía de Dos Hermanas, todas habían empezado a entrenar descubriendo el baloncesto con nosotros. La mitad de ellas estaban desde alevines formando parte de la Selección de Sevilla y la mejora de todas fue progresiva hasta llegar a las aquellas fantásticas temporadas de 2011-2012-2013 donde conseguimos unos resultados extraordinarios en la Liga Federada sevillana. Traspasaron su ilusión y calidad a las que venían por detrás ocupando un puesto de privilegio en el baloncesto provincial que se ganaron con su esfuerzo haciendo un baloncesto bonito y agradable de ver. Subcampeonas Cadetes Provinciales en una prorroga con un Náutico que tenía un gran Equipo, Campeones Provinciales en Infantiles, Campeonas Provinciales en Alevines, Campeonatos de Andalucía brillantes, cerraron un ciclo de 6 años que estoy seguro recordarán cuando sean mayores porque siempre se agradece dónde te han querido por cómo eres y no por lo que pueden obtener de ti.
El Equipo tenía todo lo que un entrenador puede desear, menos la edad porque siempre eran más pequeñas en su mayoría. Había talento desmesurado, corazón y garra, diversión, compañerismo y sentimiento de Club. Durante el tiempo que las entrené me dieron satisfacciones increíbles y sigo ligado con cariño al recuerdo de lo que viví con ellas porque es algo mío que nadie me puede quitar. Algunas siguen a mi lado por suerte como Sara Martínez, Carmen Ramos, Claudia Bracho, Clara Prieto, Irene Lora, de Elena y Raquel Alonso tengo noticias alguna vez, también de Cristina Rodríguez, veo a Elvira Díaz cada demasiado tiempo, a Nuria Peñalosa, Irene de la Torre, Inma Rincón, saludo a Belén Benjumea cuando nos enfrentamos, he hablado alguna vez con Andrea López, y de las más pequeñas sé poco o nada. Si se me olvida alguna pues que me perdone que ya estoy mayor. Por supuesto sigo semanalmente a Alba y la he visto representar muchas veces a España orgulloso de ella, cabreándome como es normal cuando pensaba que se la tenían que pasar más en un Campeonato de Europa porque para mí es la mejor, deseándole lo máximo en su camino en el baloncesto. Cuando veo a nuestro Cadete Femenino actual, que tanto se parece a aquel Equipazo, me acuerdo constantemente de ellas y las echo mucho de menos. Ahora que Marta vuelve a casa tengo un motivo más para hacer lo que quiero y en lo que creo.
Lo mismo me ha ocurrido con los Equipos de los niños. La fidelidad de tantos, de mis hijos los primeros, el apoyo de mi mujer y algunos amigos, los buenos momentos vividos, hacen que siga queriendo estar en este deporte. Siempre digo a todos-as nuestros jugadores que hay que querer de verdad, que querer a medias no sirve de nada, que desear algo no es querer, y en eso sigo, en querer.
Así que para todas esas niñas que ya son mujeres, para todos esos niños que ya son hombres, y sobre todo para ti Marta, que estás jugando ese partidito importante de verdad que vas a ganar, que sepáis que por encima de cualquier cosa que os ocurra, o que haya pasado, aquí, sobre todo en los malos momentos personales, tenéis vuestro Equipo y nunca vais a jugar solos ni solas.
Esta tarde seguramente iré a entrenar con más ganas que nunca